Niño interior
Hoy celebramos un nuevo día del niño, y generalmente niño se asocia con la edad, algo completamente fuera de la lógica ya que ser niño, el conocerse como uno es un estado emocional de una evolución continua, de siempre estar creciendo.
Sé que has oído más de una vez lo de recuperar el niño interior, ese personaje que habita en cada uno de nosotros que conecta con nuestros primeros sueños, con nuestras primeras emociones, con nuestras primeras experiencias, con nuestro primer yo.
Y sí, puede que a ti todo esto te resulte extraño. Puede, no
sé, que tu niño interior quedara sepultado entre las ruinas de tu primera
casa, puede que ni te acuerdes de él. Y lo asocias con eso de sanar,
de restañar viejas heridas. Y sé que, quizá, no tienes ganas de remover entre
los cascotes para ni saber lo que te vas a encontrar.
Porque puede que te hicieras mayor demasiado pronto, puede
que te olvidaras de él enfrascándote apresurado en el
mundo adulto, puede que lo dejaras en seguida de lado abrumado por tu destino,
no sé.
Si quieres no lo llames niño interior y simplemente llámalo
tu esencia, o tu tesoro. Y más que una labor farragosa e intensa, tómatelo como
un juego. Y juega. Quizá no lo recuerdes, pero jugar es
quitarle la Z a juzgar, liberarte de su peso, dejarte llevar sin pretensiones.
Y quizá convertir la búsqueda en un juego de piratas, un tesoro oculto en un
galeón enemigo.
Y sí, puede que no resulte fácil la aventura.
Tendrás que aprender a desplegar bien tus velas, a abordar tus debilidades, a
asaltar a tus saboteadores, a luchar contra tus propios enemigos,… Pero si le
das emoción, le pones pasión, la bañas de alegría, todo será mucho más
sencillo, y puede que hasta divertido.
Y quizá cuando encuentres el tesoro,
cuando te encuentres a ti mismo, verás que ya no es tan diferente a ti, que el
propio juego te ha conducido a ti mismo. Y seguramente lo abrazarás, y
seguramente te emocionarás, y seguramente hasta llorarás.
Y aunque sólo buscabas jugar, sólo querías disfrutar, ese
abrazo, esa emoción, esas lágrimas, también te sanarán, y te harán sentirte orgulloso del
trofeo obtenido.
Como reconocer y cuidar de nuestro niño interior
Todos tenemos muy dentro nuestro un niño, el niño que
fuimos, el niño que sigue siendo. Nuestro niño simboliza nuestros sueños y
proyectos más profundos, nuestra necesidad de disfrute, juego, arte,
naturaleza, amigos, amor, cuidado y aceptación incondicional.
Cuanto más nutrimos a nuestro niño más plena es nuestra
vida. Nutrirlo es escucharlo, sentirlo, satisfacer sus necesidades, atenderlo,
contenerlo. Cumplir sus sueños es cumplir nuestros sueños. En definitiva ser
padres de nosotros mismos.
Es importante poner el acento en la atención y el cuidado
del niño interior. El vacío, la angustia, la tristeza, la ira son pedidos
desesperados del niño que clama por nuestra compañía, escucha, contención y
afecto. El niño llora por sus carencias, dolores y falta de atención. Muchas
veces ese vacío y esos llantos guardados son llenados con objetos adictivos
(alcohol, comida, sexo, compras, internet, drogas, cigarrillo, etc.). Estar en
contacto con nuestros sentimientos, amarnos y aceptarnos incondicionalmente,
brindarnos afecto, hacer lo que realmente nos hace bien, es el gran paso
para la transformación de nuestra vida.
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