domingo, 21 de diciembre de 2014

SI TÚ GANAS, YO GANO - 1ª parte

A veces, las crisis sacan a flote lo mejor de las personas. Es así cuando, por ejemplo, observamos en las guerras ciertos gestos de humanidad y solidaridad y una vez más comprendemos cómo el apoyo y los cuidados comunitarios son los que han salvado a la humanidad, en muchos casos, para paliar los devastadores efectos de las importantes conquistas “heroicas” que aparecen en los libros de historia. Y recordamos una vez más que no son los grandes acontecimientos históricos como las invasiones, sucesiones al trono o revoluciones, ni siquiera algunos importantes descubrimientos científicos, los que han permitido la supervivencia de la especie humana, sino la solidaridad y los cuidados cotidianos (generalmente a cargo de las mujeres, las grandes invisibles de la historia).

A veces, las crisis sacan a flote lo mejor de las personas. Pero en las crisis económicas no siempre ocurre así. En este caso, a veces, surgen las tendencias más enfermizas y miserables de la condición humana: los miedos, la tacañería, el egocentrismo, el pelear codo con codo para llevarte la mejor tajada del pastel antes de que éste se acabe, rascar de donde se pueda un poco de beneficio como si en ello nos fuera la vida.

Craso error, porque la codicia y la tacañería no suelen atraer la abundancia sino todo lo contrario: la escasez y las pérdidas de todo tipo, las cuales incluyen la salud, las amistades y, en última instancia, incluso los colaboradores, clientes o proveedores que nos permiten sobrevivir en el mundo laboral.

En este informe vamos a analizar cómo la amabilidad, la generosidad y la solidaridad son las mejores inversiones para salir adelante en cualquier momento y, en especial, en tiempos de crisis.


LO BUENO DE SER BUENO.

Prioriza la humanidad y la generosidad sobre los intereses egocéntricos porque la bondad es la única inversión que nunca quiebra.


Nuestra cultura nos ha ayudado a propagar el mito del darwinismo social (la supervivencia del más fuerte) y basándonos en la feroz filosofía de “si tú ganas, yo pierdo”, a menudo parece que la consigna en la vida sea: yo contra todos los demás.

Sin embargo, esta filosofía no sólo no te conduce a ganar en ninguna de las facetas de la vida (especialmente a medio y largo plazo, aunque también de inmediato) sino que, por el contrario, conlleva numerosas pérdidas de todo tipo.

Linda Kaplan Thaler y Robin Koval (directora general y creativa y presidenta respectivamente de una de las empresas publicitarias más influyentes en Estados Unidos) nos lo demuestran una y otra vez en su libro “Lo bueno de ser bueno” (Alienta Editorial), haciendo suyas las palabras del escritor norteamericano Harry David Thoreau según el cual “la bondad es la única inversión que nunca quiebra”.

“En menos de una década transformamos nuestra pequeña empresa recién nacida en una de las agencias con un crecimiento más rápido, de facturación millonaria y ámbito internacional, un éxito que no se consiguió con palos y lanzas sino con flores y bombones. Nuestro crecimiento no ha sido el resultado del miedo o la intimidación sino de las sonrisas y los cumplidos”, según explican.

La paradoja, según Linda, es que a menudo parece que la amabilidad tiene un problema de imagen, como si por detrás de ella no hubiera algo serio o alguien de fiar. Sin embargo, en realidad, la bondad, la cordialidad y la simpatía son las actitudes más poderosas, eficaces y hasta revolucionarias en muchos casos, porque un comportamiento amable y generoso significa avanzar con la clarividente confianza de saber que tener en cuenta las necesidades de las demás personas es la mejor manera de conseguir lo que deseas, que, en cualquier caso, incluye también su satisfacción y felicidad.


LOS BENEFICIOS PERSONALES DE LA BONDAD.

Normalmente son los pequeños detalles (las sonrisas, los gestos, los cumplidos, los favores desinteresados), ya sea por tu parte o por parte de los demás, los que hacen que tu vida cotidiana sea mucho más agradable, pero además, cuando los haces tuyos, son estos gestos los que pueden cambiar el guión de tu vida y revertir muy positivamente en tus proyectos personales, de una manera u otra, antes o después. Y esto es así porque cuando se aplican los principios de la simpatía y la cordialidad siempre suele aparecer una segunda, tercera e incluso cuarta oportunidad. Actuar con consideración hacia los demás no sólo te permite mejorar tus relaciones sino que, sin ninguna duda, incidirá en que por la noche puedas dormir mejor. Las personas cordiales y amables no sólo consiguen antes lo que desean sino que, por añadidura, son más sanas y felices. Y si no te lo acabas de creer, echa un vistazo a lo que nos dicen las estadísticas al respecto.

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